Un relato de titanes, 500 años de la primera Vuelta al Mundo
Magallanes y Elcano lograron, tras tres años de ardua travesía, lo que Cristóbal Colón no pudo décadas antes: llegar hasta las islas Molucas, donde se comercializaban las especias, desde el oeste. Con este telón de fondo comenzaron los actos sociales del XXIII Trofeo de SM La Reina que se disputa en el Real Club Náutico de Valencia del 1 al 3 de julio.
El capitán de navío y Comandante Naval de Valencia y Castellón, Alfredo Cordón, fue el encargado de abrir ayer lunes el ciclo de charlas V Centenario que está semana se celebra con motivo de los 500 años de la primera vuelta al mundo. Mañana miércoles tendrá lugar la segunda de las charlas, esta vez sobre navegación estelar, a partir de las 20:00 a cargo de Tati Pascual.
Alfredo Cordón relató durante poco más de una hora como un grupo de hombres de diversas nacionalidades, junto a Fernando y Magallanes y Juan Sebastián Elcano, lograron una hazaña que cambiaría el mundo. España y Portugal, debido a su estratégica situación geográfica y a unos monarcas visionarios fueron descubriendo el mundo a lo largo del siglo XV.
A finales del s. XIII Alfonso X el sabio creó La Escuela de Traductores de Toledo, donde reunió a sabios musulmanes, judíos y cristianos en muchas asignaturas y disciplinas. Esto permitió concentrar un vasto conocimiento, incluido sobre la astronomía y cosmografía. De aquí salieron las tablas astronómicas contenidas en el libro ‘Tablas alfonsíes’ lo que permitiría siglos más tarde calcular la posición de un buque.
Tras esto, en la primera mitad del siglo XV, el portugués Enrique el Navegante, organizó en el promontorio de Sagres, cerca del cabo de San Vicente, un centro de estudios e investigaciones que supuso un gran progreso para la cartografía y el arte de navegar.
El rey portugués Joao II, sobrino nieto de Enrique el Navegante, mantuvo la política de potenciar las navegaciones oceánicas y los descubrimientos para hacerse con monopolios comerciales en rutas que sólo los portugueses podían explotar. Sin embargo, gracias al apoyo de las bulas papales y tratados alcanzados, España, una vez acabada la reconquista, se unió a este afán por descubrir mundo y por buscar rutas alternativas para comercializar.
Fernando de Magallanes fue un soldado portugués que recibió instrucción militar y náutica. Tras participar en diversas expediciones, en 1514 quedó lisiado para siempre de una pierna. El navegante propuso al rey de Portugal su idea de buscar una ruta por el oeste. Sin embargo, tras ser rechazado, renegó de sus orígenes y juró lealtad a los reyes españoles, castellanizando su nombre e instalándose en Sevilla.
Por su parte, Juan Sebastián Elcano, que había nacido en la villa de Guetaria, territorio perteneciente a la Corona de Castilla, era hijo de unos pescadores y marinos acomodados y tras la muerte de su padre heredó la empresa familiar. Tras algunos problemas de pago después de la expedición de Argel, hipotecó la nave a unos mercaderes saboyanos para evitar el amotinamiento de su tripulación. Sin embargo, acabó teniendo que entregar la nave y cometiendo un delito. Se trasladó a Sevilla y se enroló en la expedición de Fernando de Magallanes para descubrir una ruta a las Indias Orientales por occidente, a través de un paso o estrecho por el sur de América que llevara a las islas Molucas.
Esta expedición no estuvo exenta de problemas y complicaciones en sus preparativos, pero tras superar la escasez de fondos, las intrigas del Rey de Portugal o la falta de marineros. El 10 de agosto, la expedición zarparía para acabar de avituallarse en Sanlúcar de Barrameda y partió definitivamente el 20 de septiembre rumbo a América.
Muchos fueron los contratiempos y dificultades que las cinco naves sobrellevarían durante meses. La desconfianza de Magallanes hacía el resto de capitanes de las naves hizo que la comunicación fuera escasa y comenzaran los desafíos que acabarían con la sublevación de parte de la tripulación, liderada por los capitanes Gaspar de Quesada, Juan de Cartagena y Luis Mendoza durante el primer invierno en Puerto San Julián. Tras ello, naufraga La Santiago tras salir a explorar el Puerto de Santa Cruz.
Con la deserción de la San Antonio y su regreso a España, Magallanes se queda con tan solo tres naves. Con todo ello, el 1 de noviembre de 1520 logra entrar en el Estrechó de Tdos los Santos, como lo bautizaría, y el 20 de noviembre dobla el cabo desembocando en el Pacífico.
En marzo del 1521 llegarían a las Filipinas, donde decidirían quedarse y tras una escaramuza con los indígenas, en la llamada Batalla de Mactán, Fernando de Magallanes falleció. Gonzalo Gómez de Espinosa fue escogido como jefe de la expedición. Juan Sebastián Elcano estaría al frente de la nao Victoria. No sin pasar penalidades, llegaron a las islas Molucas y emprendieron el regreso a España.
La Trinidad, nave mandada por Gómez de Espinosa, se quedó en el puerto de Tidore para ser reparada y Elcano toma el mando de la expedición. Al no conocer el camino de regreso por el Pacífico, decidió tras tres años embarcados, regresar por mares portugueses hacía el oeste, bordeando África por rutas conocidas, gracias a las cartas de Magallanes.
El 6 de septiembre de 1522, Elcano lograba completar la circunnavegación del globo, al llegar a Sanlúcar de Barrameda y entrar hasta Sevilla a través del Guadalquivir. Junto a él llegaron tan solo 17 supervivientes a bordo de la nao Victoria.